En 1897 se puso la primera piedra del edificio destinado a ser el noviciado de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, siendo superiora general Rosario Elías. El nuevo edificio, que sustituía al que el fundador da la Compañía, San Enrique de Ossó, había hecho construir en 1878, se inauguró en 1901. En 1908 se trasladaron allí, desde Gilet, Valencia, los restos del fundador.
Durante muchos años fue el único noviciado de la Compañía. Dadas las posibilidades de la casa, con el tiempo fue acogiendo diferentes tipos de servicios: Casa de Espiritualidad, Enrique de Ossó quiso desde el principio que fuera lugar de acogida para grupos o personas que buscan una experiencia de oración o de convivencia. Internado, para las alumnas del colegio de Tortosa y residencia para hermanas mayores. En 1994 se tomó la decisión de trasladar el noviciado en Zaragoza.